¿Ha llegado la fiebre de la ‘turismofobia’ a la provincia de Alicante? En la actual sociedad de la rápida comunicación todo se contagia. Los modelos puestos en práctica por determinados círculos son inmediatamente copiados por sus afines en otras zonas.

Las redes sociales y los medios de comunicación instruyen en poco tiempo sobre cómo actuan determinados movimientos, por lo que todos aquellos que profesan sus creencias suelen defender sus acciones y, si surge la ocasión, pueden reproducirlas en sus propios territorios. Por eso, es cuestión de tiempo que en la provincia de Alicante se produzcan ataques a los turistas por parte de algunos grupos, más o menos organizados, que deseen dejar patente su animadversión con el actual sistema económico.

El auge del turismo Low Cost lleva a esos destinos a visitantes con actitudes poco cívicas. Los paquetes del ‘todo incluido’ hacen que se abuse de lo que ya se ha pagado, y se destine buena parte del dinero diario a comprar bebidas alcohólicas y a sufragar los gastos de una fiesta continua.

Bajo las banderas del inconformismo con las injustas condiciones laborales que trae el turismo, algunos individuos romperán la calma con acciones molestas hacia los turistas. Es moderno, revolucionario, transgresor y un signo de distinción entre el resto de componentes del grupo. Asaltar cafeterías, molestar en hoteles y abordar restaurantes turísticos puede resultar una nueva forma de llamar la atención, aunque no se tenga en cuenta la repercusión reputacional y económica que estas acciones pueden suponer.